Anorexia: una dificultad en la simbolización

Columna de opinión escrita por el Dr. José Cabrera Sánchez, miembro Comité del Magíster en Psicología Clínica de Adultos de la Universidad Austral de Chile.

Hace algunos años una campaña publicitaria creada por Oliverio Toscani, publicista italiano mundialmente reconocido por sus trabajos para una afamada marca de ropa, suscitó una amplía polémica por las imágenes que utilizaba. En ella se podía ver el famélico y desnudo cuerpo de una modelo anoréxica, el cual era acompañado por una frase minimalista y directa: No-anorexia.

Podemos leer No-anorexia al mismo tiempo que presenciamos un cuerpo que es la negación muda de lo escrito. Mientras la frase niega de manera rotunda lo que la imagen representa –el cuerpo estragado de la anorexia–, somos expuestos a la presencia de un cuerpo que pone absolutamente en entredicho la sentencia negativa que parece titular la fotografía.

Podemos conjeturar que este juego publicitario entre palabra e imagen –entre texto y corporalidad– metaforiza de manera bastante adecuada lo que podría ser una cierta comprensión de la anorexia (y otros trastornos que atañen a la relación entre lo psicológico y lo corporal), en el sentido de que esta es el resultado de una dificultad para simbolizar, para llevar al campo de la palabra, lo que le ocurre a un sujeto que sufre y que, al mismo tiempo, intenta ganar un espacio de reconocimiento.

Alguien que no puede decir es alguien que se encuentra en riesgo de desaparecer y ante esta amenaza buscará todos los medios para asegurar sus posibilidades de permanecer, en un intento tan desesperado que puede terminar por coincidir con su desfallecimiento físico y subjetivo. Tal parece ser la estrategia anoréxica; ante la ausencia de reconocimiento ensaya un intento para mostrar en su propio cuerpo lo que no puede llegar a articular en palabras. No obstante, esta simbolización no alcanza el estatuto del decir, de la palabra pronunciada que puede detener la mortificación de la carne de quien se niega a comer. El intento de simbolización anoréxico no logra la efectividad del No-anorexia que acompaña a la fotografía con que Toscani retrata a su musa cadavérica, no tiene el espesor simbólico de las palabras.

Es curioso el plano en que se juega esta imagen de la anorexia que estamos comentando, ya que como publicidad es algo ofrecido a la mirada pública, de la misma forma en que el sujeto anoréxico se ofrece ante la mirada de otro. “No voy a comer” –nos dice el sujeto anoréxico– intentando asegurar una forma de estar y de adquirir una presencia que los demás no pueden dejar de advertir. El “no” de la anorexia no es una simple negación, es también la afirmación de quien cree no tener otro medio para hacerse presente.

La imagen publicitaria es un objeto de consumo que moviliza nuestro deseo, y la imagen de la mujer anoréxica como objeto de consumo podría interrogar algo de las formas en que se nos impone lo que debemos querer, lo que deseamos alcanzar y ser.

La perfección y la felicidad que prometen las imágenes publicitarias nos asignan unos ideales imposibles y que, como tales, no hacen sino asegurar una infelicidad crónica. Decirles que no, articular una negación de manera simbólica, denunciar su falsedad virtual, es la forma en que todos podemos resistirnos a unos deseos que no nos corresponden.

Ensayar una “no” que provenga de la propia voz y que se apuntale en las coordenadas de la historia personal, encontrar una forma de decir “no” a los ideales que nos inundan a través de la gran maquinaria de la virtualidad, puede ser una forma de combatir y reemplazar a la negación muda que se escribe destructivamente sobre el cuerpo.

Escrita por Dr. José Cabrera Sánchez.

  • Miembro Comité del Magíster en Psicología Clínica de Adultos
  • Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt